No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Son lo más necesario, lo que no tiene nombre. Son gritos al cielo, y en la tierra son actos. Maldigo la poesía como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. Cuando ya nada se espera mas se palpita y se sigue fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso golpeando, golpeando las tinieblas. Cuando se miran de frente los ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
martes, 9 de octubre de 2007
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